Érica Esmorís, o el triunfo del talento en tiempos para olvidar

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Érica Esmorís, ilusionista otoñal   Foto: Blog Érica Esmorís

Confieso que me encantan las personas que, a pesar de ser muy jóvenes, consiguen influir en los niños y adolescentes de hoy en día. Influir para bien, claro está. Aunque cada vez me hago más vieja y alguna vez pienso «nosotros a esa edad no éramos tan gilipollas» (sí que lo éramos…), todavía soy de las que confían en que dentro de las nuevas generaciones también hay gente de provecho. Como en todas, supongo, que imbéciles los hubo siempre…

En fin, que me estoy liando, el tema es que los chavales de hoy en día no son todos idiotas y muchos saben reconocer el talento y los valores. Hace unos meses hablaba en este blog de María Xosé Silvar, Sés, mujer brava y artista (a partes iguales) de la comarca de Bergantiños -aquí os dejo lo último que he descubierto de ella, sublime y contundente- que, entre otras muchas cosas, imparte conciertos didácticos en institutos. Proclama libertad de pensamiento y de acción entre los estudiantes; quita complejos a las chicas y cae bien a los chicos por decir las cosas claras. Sés es jovencísima, pero ya cala hondo, y lo mismo pasará con Érica Esmorís si se da a conocer tanto como lo está haciendo la primera.

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Portada de ‘El poder de Amabel’, editado por Sushi Books.

Érica Esmorís, coruñesa cosecha del 77, para empezar me flipa porque hace surf. También skate, pero lo del surf me sulivella especialmente. Y porque tiene una furgo Volkswagen rollito hippie con la que le gusta salir por ahí. Pero esas son solo algunas de sus aficiones. Estudió veterinaria, aunque su profesión ha tornado en la de guionista-escritora-realizadora-fotógrafa-lasdedios-menudamaster… Trabajó en series como Matalobos, fue una de las artífices de aquel famoso documental titulado Koruño, legado de Hércules -que tanto catapultó a David Perdomo-, graba y edita vídeos para eventos y ahora acaba de publicar la obra infantil El poder de Amabel (Sushi Books), que ha sido traducida a gallego, euskera y catalán. En ella, una niña cuya familia tiene poderes extraordinarios busca con tesón la habilidad mágica que la caracteriza a ella. El poder de Érica Esmorís, según ella, es que cree en sí misma: «Lejos de asustarme, me gustan los retos. Me siento emocionalmente estable en la inestabilidad», señala. Para mí, Érica es la prueba fehaciente de que con talento, dinamismo y esfuerzo cualquiera puede vivir de lo que le gusta. Y yo amigos, busco gente así para agarrarme a ellos como a un clavo ardiendo.

«Escribo desde pequeña. Adaptaciones de cuentos clásicos, originales, periódicos familiares… cuando decidí qué estudiar me dejé llevar por el romanticismo. Realmente no quería ser “médico”, la parte científica no me interesaba, solo quería estar rodeada de animales. Tampoco me arrepiento. De la universidad guardo grandes recuerdos, que tienen más que ver con el teatro y con mis amistades que con la carrera. Recién licenciada hice mis intentos en clínica pero, en cuanto pude, volví a los orígenes». Con apellido de novela de Wenceslao Fernández Flórez, Érica ha hecho de su pasión, la escritura, su forma de vida. Y aunque El poder de Amabel es su primer libro infantil, ya trabaja en una novela juvenil, Nena y el mar, la cual también ha llegado sin proponérselo: «No busqué escribir un libro para niños, ni siquiera me planteé escribir un libro. Amabel se presentó sin avisar y en seguida me puse a trabajar en sus aventuras. Durante todo un verano, dediqué cada mañana a hacer avanzar la historia, sin ningún interés editorial», cuenta la autora coruñesa, quien ha recibido un aluvión de buenas críticas que le han «aportado mucha confianza para continuar escribiendo».

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La autora, tecleando como si no hubiese un mañana… Foto: Blog Érica Esmorís

Si os digo la verdad, no sé muy bien cómo empecé a seguirla. El documental del koruño, supongo -«aquello fue increíble, un auténtico boom. Meses después, Silvia Mosquera me llamaría para formar parte del equipo de Matalobos y surgirían nuevos proyectos y talleres. Al final todo lo que haces importa», comenta sobre aquella pieza audiovisual que indagaba en los orígenes de la jerga coruñesa del neno, chorbo, achanta con la intervención de personajes tan brutales como Arsenio Iglesias-. Aún así, recuerdo perfectamente que me conquistó con un vídeo suyo que vi en su canal de Vimeo: Martes de AWA, rodado en los soportales de María Pita una tarde-noche lluviosa. Reconozco que, además de la música –By my side, de Ben Harper, preciosa se mire por donde se mire-, me encantó uno de los patinadores… pero eso es harina de otro costal. Que esto tampoco es la Cuore

La autora constata que, de todas las cosas que hace, lo que más le gusta es escribir. «Me encanta encerrarme en mi escritorio y aislarme para desarrollar nuevos universos. No sólo escribiendo, también diseñando o dibujando. Agradezco el tiempo que paso sola, pero también soy una persona social, así que trabajar en el audiovisual, tanto en producciones como en docencia, equilibra el conjunto», matiza.

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Empaquetado artesanal de los vídeos KIDS. Foto: Blog Érica Esmorís

Cuida los detalles al máximo en sus composiciones, y una prueba de ello son los vídeos KIDS que realiza, para los que incluso diseña las carátulas y empaquetado. Piezas audiovisuales donde los niños son los protagonistas y que resultan un regalo de lo más original (yo pagaría algo por tener más vídeos de mi infancia… y montados tan bien como los de KIDS, ni te cuento). Érica se presenta con su cámara durante una tarde de juegos… y el resultado son cosas geniales como la que os pongo ahí abajo. «Son horas delante de la cámara pero los niños ni se enteran. KIDS consiste en eso, en que yo me vuelva invisible y los niños hagan cosas de niños. Al principio están extrañados pero a los veinte minutos se olvidan de mí y mis trastos, o incluso me incorporan en sus juegos. Es entonces cuando surge la magia y el encanto que queda plasmado en el vídeo para siempre», explica la realizadora.

[Demo Kids con Lourdes y Sofía – Erica Esmoris en Vimeo]

En mi pequeña entrevista le pregunté si no le gustaría, como dije antes, impartir talleres o charlas didácticas en colegios e institutos. Estoy segura de que tendría mucho éxito y de que ayudaría a los jóvenes a decidir sobre qué camino coger en el futuro. Creo que incluso muchas niñas se animarían a practicar skate, surf o cualquier deporte de los que, desde tiempos inmemoriales, han sido «de chicos». Érica responde rotunda que «las niñas cada vez son más inteligentes y aventureras». «Son ellas las que me podrían enseñar a mí, que sólo sigo jugando con juguetes de mayores… Ahora empezaré las actividades de lectura de El poder de Amabel en las aulas gallegas; estoy deseando saber qué piensan los niños de mi protagonista y de los valores del libro. ¡Seguro que sacaré conclusiones muy útiles!», comenta orgullosa.

Toda la parrafada que os he soltado nos lleva, de nuevo, al principio. No importa la crisis ni lo mal que esté el mercado laboral: los que valen, valen, y la necesidad agudiza el ingenio. El talento de Érica, sumado al trabajo duro, la han hecho llegar a vivir de lo que más le gusta, contar historias, ya sean mecanografiadas, estáticas o en pantalla. A la cantidad de jóvenes gallegos que están en el paro o han emigrado al extranjero buscando aires de éxito les da un consejo: «Lo importante es el movimiento. No quedarse parado, centrarnos en lo que nos gusta o lo que hacemos bien y aprovecharnos de internet. Todas las opciones son válidas (emigrar, buscar algún trabajillo, opositar, seguir formándose, emprender algún proyecto…), el caso es seguir moviéndonos».

PD. Tan polifacética me resulta esta chica que, anoche, soñé que la fichaba el Real Madrid. Era delantera, recambio de Cristiano Ronaldo, y en mi sueño jugaba contra el Barça y Messi le hacía un penalti. Sí, amigos, estoy como una cabra. Pero Érica no tiene la culpa, así que seguidla de cerca, porque va directa al estrellato!

[Patricia + Agustin – Erica Esmoris en Vimeo]